La paz, la espada y el capote
- Javier Urrea Cuéllar

- 3 sept 2012
- 1 Min. de lectura
No queremos solucionar el conflicto armado en Colombia. Así es, no ambicionamos la paz en nuestro país. Una cosa es desearla y otra cosa es buscarla. Siempre nos quedamos en el “ojalá llegue la paz” y la anhelamos como cuando alguien desea ganarse la lotería, pero cada mañana nos olvidamos de la obligación que tenemos todos para construirla.
Cada día es una oportunidad para transformar la realidad de Colombia, pero cada día es también una frustración. Nuestra parsimonia es la peor condena y nos encontramos cómodos ya sea esperando a una coyuntura política deseable o que las elecciones den el banderazo de salida, para que un gobierno de manera decidida le apueste institucionalmente a la paz. Seguir leyendo...











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